María Florencia Benzano Naguila

Los residuos orgánicos agro-industriales y PDA son materias primas y suelen tratarse como residuos. Contienen nutrientes, vitaminas, materia orgánica que podría ser valorizada si se desarrollan procesos sostenibles que lo viabilicen.
A nivel de las ciudades, los desperdicios de alimentos podrían ser tratados en el sitio de generación empleando tecnología desarrollada especialmente para reducir volúmen, secar, higienizar y estabilizar, manteniendo las condiciones de elevada higiene, condición excluyente en los sitios donde se manipulan alimentos.
Propongo considerar esas tecnologías e implementar un caso de estudio nacional donde determinar relación costo/beneficio, a nivel social, ambiental y económico. Estimo será favorable a la promoción de la tecnología en los 3 aspectos.
En condiciones de buena higiene, se podrá reducir el volúmen del residuo al 10-20%, a bajo costo, y además obtener un producto estable e inocuo para su manipulación y valorización (enmienda orgánica, ó insumo para formulaciones nutricionales de animales, peces, o de bioinsumos, entre otros).
Las mencionadas tecnologías ya se usan en otros países, a nivel doméstico y de grandes generadores. Hay muchos buenos antecedentes de uso, y también de proveedores de las mismas. Resta probarlas y caracterizar su desempeño aquí, para luego proyectar su implementación en la valorización de desperdicios de alimentos domésticos y de mercados públicos, como los de la UAM, el Mercado Modelo, ferias barriales, entre otros, cuya gestión es responsabilidad de las intendencias o de organizaciones público-privadas. Un caso de estudio y los desarrollos posteriores, irían en línea con el objetivo de largo plazo (2030-2032) de la Estrategia Nacional de Prevención y Reducción de las Pérdidas y Desperdicios de Alimentos, elaborado por el Ministerio de Ambiente(2023), de reducir en un 70% los desperdicios de alimentos que terminan en disposición final.